La compañía Esso buscó 'oro negro' en vano en 1984 en Nueva Jarilla · Una empresa extraerá ahora una enorme bolsa de sal
ARTICULO SACADO DE "DIARIO DE JEREZ" DEL 25 DE NOVIEMBRE DE 2.012, ESCRITO POR D.JUAN PEDRO SIMÓ Y QUE DESDE EL NUEVA JARILLA CLUB DE ATLETISMO QUEREMOS OFRECER PARA QUE SE CONOZCA UN POCO MAS LA HISTORIA DE NUESTRO PUEBLO, NUEVA JARILLA.
Hace ahora veintiocho años, Jerez tuvo la esperanza de sumar a sus
riquezas la del oro negro. En Nueva Jarilla, uno de esos pueblos nacidos
al amparo del Instituto de Colonización del Régimen, la petrolera
estadounidense Esso levantó en medio de la deliciosa campiña jerezana,
entre campos de girasoles y trigo, un complejo de prospección
petrolífera donde se centró la especulación sobre el sí o el no del
petróleo en Jerez. Más de veinte millones de dólares invirtió Esso en la
aventura, cifra más que suficiente para tomar 'a priori' la experiencia
en serio, muy en serio.
A principios del mes de mayo de ese año,
un ejército de 'jeeps', con hombres de monos negros, furgonetas,
todoterrenos y grandes camiones cargados de maquinaria de tecnología
francesa dejaba pasmao a todo el vecindario de una localidad de apenas
1.700 almas y tranquila, muy tranquila y donde nunca pasa nada.
Bueno,
¿y por qué en Nueva Jarilla? ¡Ufff!, aquí hay todo tipo de versiones, a
cual más disparatada, por lo que será mejor que nos fiemos de la
palabra del entonces director general para España de Esso, el peruano
Víctor Benavídez: La petrolera se hizo con una concesión que le
permitía llevar a cabo un máximo de dos sondeos desde la costa atlántica
hasta Montilla. Esta decisión se adoptó en base, primeramente, a datos
geológicos, donde intervinieron incluso satélites y estudios de campo
que permitían sospechar de la existencia de hidrocarburos en el
subsuelo. Posteriormente se hizo un estudio amplio y profundo de tipo
fisiogeológico, mediante la realización de explosiones de dinamita a
10-15 metros de profundidad o utilizando 'camiones vibradores' que
permiten medir las ondas producidas en el terreno. Estos estudios
comportaron para la petrolífera un gasto de más de 16 millones de
dólares, a los que hay que sumar otros 7 millones que costó el montaje
de la prospección. El 5 de mayo de 1984, la multinacional Esso comenzaba
a acometer el proyecto.
Una tierra de bravos colonos
Nueva
Jarilla tiene alcalde socialista desde hace ya nueve años. Es Javier
Contreras, un joven ingeniero industrial que, descontento por su paso en
Fivesur, entró en política. Y de la política, a alcalde electo de su
pueblo, que dicen es la máxima satisfacción para un hombre público.
El
origen de la pedanía se remonta a 1954. Familias de Alcalá del Valle,
Espera, Arcos, Algodonales o Rota, donde la expropiación de los terrenos
para construir la Base americana dejó sin hogar a infinidad de familias
que fueron repartidas por los nuevos núcleos rurales. El primer destino
era el barracón, donde cuatro familias de colonos convivían con las
bestias mientras se levantaban las casas. En la pedanía quedan aún en
pie tres de los barracones, pero el más cuidado y coqueto es el de
Dolores Muñoz Pichaco, que adaptó el destartalado barracón a una casa en
condiciones.
En 1958, los colonos fueron ocupando su nuevo
hogar: se les proveía de una casa, dos vacas palurdas y dos suizas,
además de una yegua y un campito de cinco hectáreas. Nueva Jarilla
arrastra hoy los mismos problemas que los de sus 'hermanas' pedáneas.
Dramas sobre dramas: Alta tasa de paro, la emigración de la juventud a
Jerez, jóvenes que abandonaron el campo y se estrellaron entre los
generosos sueldos de la construcción, una sustanciosa deuda que nunca
llega del Ayuntamiento matriz, robos aislados en el campo... O las
molestias del aeropuerto, a tiro de piedra del poblado, cuya
compensación nunca llega a los afectados. Se queda en el camino.
En
estos días, junto a la enorme estructura de piedra que da la bienvenida
al viajero que llega al pueblo, se extiende una montaña de bolsas de
basura. Los vecinos han decidido trasladarlas hasta la entrada para
evitar males mayores. Nada más chocante. Pero sus calles están
sorprendentemente limpias y el aspecto del pueblo parece ordenado, en
perfecto estado de revista.
Sólo 20 empleos
Bien.
A lo que íbamos. La plantilla de la torre de prospección la conformaban
unos 70 operarios. De estos, tan sólo veinte eran naturales de la
pedanía. Había mayoría de trabajadores provenientes del País
vasco-francés o Huesca y una legión de hombres experimentados con lo que
se traían entre manos. Por tanto, los vecinos de Nueva Jarilla, faltos
de especialización, eran reservados para labores de limpieza y
mantenimiento de la planta. Trabajaban durante ocho horas y percibían al
mes unas 40.000 pesetas.
Uno de estos hombres fue Juan Bernabé
Pichaco, de apodo 'El Pirri' por su gran habilidad con el cuero cuando
era pequeño. Buena gente. Ahora, con 56 años, este apasionado del campo
que trabaja también para González Byass en la finca de 'El Carrascal',
recuerda a algunos de sus compañeros de la planta: A Francisco Armario
'el Golondrino'; Antonio Marquéz Rizo 'Barrunto'; a Sixto Serrano, 'el
Petaca'; o a Eduardo Lozano 'Benetti'... Todos con su apodo, como es
norma de la casa. Si uno, póngase por caso, pregunta por un tal Antonio
Sánchez Polo, le mirarán con extrañeza y no obtendrá respuesta. Pero si
pregunta por Antonio 'el Pelao', le darán todo tipo de pelos y señales,
su vida, vicios y virtudes.
Nos contaba Juan que vivió su novia
en el pueblo de Paradas, un nombre que aún pone los pelos de punta al
recordar el famoso 'crimen de Los Galindos'. "A Paradas iba yo a ver a
mi novia y allí ponían mote a todo el mundo. Nadie se libraba. Cierto
día, apareció un viajero que se topó a la entrada del pueblo con un
nativo. Le dijo: 'Tenga usted cuidado, porque en Paradas ponen mote a
todo el mundo'. El hombre, cauteloso, rodeó el poblado para evitar del
escarnio del vecindario. Pero cuando saltó una valla en su camino, un
guarda forestal le gritó: '¡Eiiiiii! Pero, ¿dónde vas, saltavallas!". Y
'Saltavallas' se le quedó.
La Bética 18.1
El
padre de Juan 'el Pirri' fue uno de los cuatro primeros colonos de la
pedanía: Era Guillermo Bernabé. Y también estaban Bartolo Blanco, José
Barriga y Paco Chica, 'el Currochica', marido de la 'partera' del
pueblo, Ana Mesa, que pudo traer al mundo a unos 40 ó 50 neojarillenses,
por lo que el ayuntamiento pedáneo rotuló un parque infantil con su
nombre.
En la zona de trabajo, llamada la Bética 18.1,
continuaban los sondeos. Cuando se profundizó a los 2.300 metros en el
subsuelo, se recogieron en este recorrido subterráneo muestras de la
microflora antidiluviana y microfósiles que eran enviados y analizados
en Houston, lo que les permitía evaluar gradualmente las posibilidades
de que llegase a producirse el feliz hallazgo del oro negro. Pero este
se resistía y no se extraía más que capas y más capas de sedimentos que
hacían desvanecerse metro a metro las esperanzas puestas en este campo
de exploración.
De cualquier forma y aunque el propio director
general de Esso exponía sin pudor que sus expectativas de hallar
petróleo en Nueva Jarilla eran en torno a un 0,5%, se siguió
profundizando hasta los 3.800 metros de profundidad, donde los técnicos
situaban la banda o franja de estratos donde podría encontrarse el
preciado líquido, según los estudios geológicos y fisiogeológicos
realizados por lo que, dentro de las siempre frágiles previsiones que
permitían hacer una exploración de estas características, se optó por
alargar el plazo un par de meses para saber definitivamente si
entrábamos o no en la OPEP.
En fin, la excavación se prolongó y se
llegó hasta los 5.800 metros, donde detectaron una gran bolsa de gas. La
petrolera tiró la toalla. Era el 6 de noviembre. El gozo en un pozo. La
aventura acabó en una mera anécdota económica para la pedanía. Los
americanos, que tampoco habían dejado el dineral esperado en el pueblo,
cogió las maletas y se dirigió con sus 'jeeps' y camiones a probar
suerte en Córdoba.
Sal a cambio de petróleo
La
historia no acaba así, de manera tan triste. Veintiocho años después y
desde hace meses, la compañía catalana Tografa, especializada en
proyectos energéticos, ha retomado los estudios realizados 28 años antes
por los americanos y parece haber dado con una enorme bolsa de sal, de
alrededor de un billón de kilos, a unos 800 metros de profundidad.
Jesús
Gracia es el responsable de desarrollo de proyectos de la compañía. Ha
confirmado las intenciones de Tografa y anunciado que trasladarán el
proyecto ante la Junta de Andalucía durante este mes para su
aprobación. La extracción se realizará mediante una técnica de
disolución minera. "Pero todo a su tiempo. Cuando la Junta decida dar
luz verde al proyecto, habrá oportunidad de dar a conocer sus
repercusiones, especialmente en materia de empleo", en un término que
sufre como cualquier otro el drama y los estragos del desempleo.
Millones y millones de kilos de sal en lugar de petróleo. Mejor que
nada.
Y del petróleo y los americanos, jamás se supo.
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